MÚSICAS PARA UN AÑO JUBILAR. GUADALUPE 2016
Francisco Guerrero (1528 – 1599)
*Duo seraphim (12 v – Libro de motetes. Venecia, 1597 / trans: B. Turner / ed.: A. Gómez)
Tomás Luis de Victoria (1548 – 1611)
*Salve Regina (8 v – Libro primero de misas y salmos. Venecia, 1576 / trans y ed.: A. Gómez)
Giovanni Pierluigi da Palestrina (1525 – 1594)
*Laudate Dominum (8 v – M. Praetorius ed. Motetes y salmos latinos. Nüremberg, 1607 / trans y ed.: A. Gómez)
Melchor de Montemayor (1588 – 1678)
*In manus tuas (8 v – manuscrito [s. XVII] E:GU / trans y ed.: A. Gómez)
*Christus natus est nobis (8 v – manuscrito [s. XVII] E:GU / trans y ed.: A. Gómez)
Manuel del Pilar (1716-1794)
*Un maestro de capilla (4 v – T y A solistas – Vn 1 y 2 – cv. Manuscrito [s. XVIII] E:GU / trans y ed.: A. Gómez)
*A Belén a ver al Niño (4 v – T y S solista – Vn 1 y 2 y cv. Manuscrito [s. XVIII] E:GU / trans y ed.: A. Gómez. Transcripción apadrinada por Jaime Ruiz-Peña)
(Foto: C. Ramos)
Notas el programa
El programa que hoy presenta Amadeus con su sección coro de cámara es todo un homenaje al legado musical del monasterio extremeño Santa María de Guadalupe (Cáceres). Está basado en un trabajo de investigación acometido por nosotros mismos entre los meses de julio y septiembre de este año en el propio monasterio que ha dado como resultado cuantiosas transcripciones que en este y en futuros programas se irán dando a conocer.
El primer bloque lo constituyen tres obras de polifonistas muy conocidos –y casi podríamos decir populares– en los facistoles extremeños (también peninsulares). No hay que olvidar que, junto a Cristóbal Morales, las ediciones impresas o copias manuscritas de Guerrero, Palestrina y Victoria eran profusamente citadas y solían superar en cuantía a las de cualquier otro polifonista registrado en inventarios de los siglos XVI y XVII. Veamos como ejemplo el contenido de una donación al archivo catedralicio pacense de Pedro de Vergara a principios del s. XVII.
Archivo capitular de Badajoz, 9 de enero de 1602:
“Este día y cabildo el señor licenciado Alonso Pérez dijo y propuso como el señor canónigo Pedro de Vergara quería hacer gracia y donación a esta santa iglesia de unos libros de canto que tenía para lo cual los presentaba ante sus mercedes; que son los contenidos en una memoria que dio en la forma siguiente: / Un libro que es el primero de misas de Morales […] / Otro libro que es el segundo de misas del mismo autor […] / Otro libro de misas también del mismo autor […] / Otro libro de magníficats de Morales […] / Otro libro de misas de Palestina (sic) […] / Otro libro que es el segundo, también de misas, del mismo autor […] / El tercero, también de misas, del mismo Palestina […] / Mas cinco cuadernos de motetes de Morales, de mano […] / Mas cinco cuadernitos de lamentaciones del mismo Morales […] / Mas seis libros de motetes de Palestina (sic), de molde, encuadernados en pergaminos blancos […] / Mas cuatro cuadernos de motetes de Guerrero encuadernados en pergamino / Mas otros cuatro cuadernos de motetes […]”
Esta donación venía a complementar un fondo que en 1631 ya poseía tres libros de Tomás Luis de Victoria de misas, dos de magníficats y otro con una misa de réquiem.
(Alonso Gómez Gallego:
“La música de Victoria en la catedral de Badajoz”,
Revista de Musicología, XXXV, 1, 2012)
Pero estos tres maestros con cuyos trabajos se inician las primeras interpretaciones del programa no son precisamente los más numerosos o representativos –desde luego– del archivo musical que hoy nos ocupa. Al respecto confesamos que en la selección definitiva pesó más en la balanza la cuestión estética que sugería el marco contextual que el vínculo histórico. Y no menos la solemnidad de sus armonías junto a la seguridad de estar, en cualquier caso que de ellos se trate, ante una gran obra de inolvidable belleza.
El segundo bloque se dedica por entero a dos frailes que ejercieron en el monasterio de Guadalupe entre los siglos XVII y XVIII. Con el primero que hoy presentamos constatamos la evolución estética del estilo renacentista castellano al barroco temprano. Y con el segundo la evolución de la forma villancico en una de sus variantes, las chanzas, que servían de entretenimiento y que debieron interpretarse en Navidad para descanso y asueto.
Los maestros
Principia el concierto la música del sevillano Francisco Guerrero (1528-1599), maestro de capilla en la catedral de Málaga y sobre todo en la ciudad que lo vio nacer, Sevilla. Además de corroborar que sus trabajos aparecen copiados en centros religiosos extremeños como Badajoz y Guadalupe, su vínculo con Extremadura llega también a través de la crónica del obispo Prudencio Sandoval en la que se da cuenta de una audiencia que en 1557 le concedió en Yuste el emperador Carlos I (V de Alemania). Fue alumno de Pedro Fernández de Castilleja y de Cristóbal de Morales. De él hemos sabido recientemente que su figura fue determinante en la conservación y transmisión de la obra conocida de nuestro ilustre extremeño Juan Vázquez.
Tomás Luis de Victoria (1548–1611) nació en Ávila. Allí debió recibir su primera formación musical como cantorcito de la catedral de la mano de Jerónimo del Espinar, Dueñas y Bernardino de Ribera. Del primero de ellos creemos interesante apuntar que también fue maestro de otro polifonista extremeño, Hernando Franco (Galizuela, Badajoz 1535 – México 1585). En 1565 marchó a Roma para desarrollarse como músico. En esa ciudad y en Venecia editaría lo principal de su trabajo. Terminó sus años como maestro de capilla en las Descalzas Reales en Madrid.
Giovanni Pierluigi da Palestrina (1525-1594), maestro del coro de la capilla papal, nació en Palestrina (cerca de Roma). Su condición de casado lo apartó del maestrazgo de la Capella Giulia. Sucedió a Orlando di Lasso en San Juan de Letrán y fue maestro de capilla del seminario romano, puesto para el que –según la investigadora Ana Sabe– pudo haber recomendado a Tomás Luis de Victoria. Tanto él como su hijo coincidieron en tiempo y espacio con el maestro abulense.
De estos conocidos polifonistas existe abundante y más precisa información en bibliografía e internet. Sin embargo, más interesantes resultan hoy las noticias de fray Melchor de Montemayor y fray Manuel del Pilar, maestros a los que dedicaremos más de la mitad del programa de concierto.
Según los expedientes de limpieza de sangre que aún conserva el monasterio, el primero nació en Montemayor (partido judicial de La Rambla, provincia de Córdoba) en 1588 y murió en el monasterio en 1678. Su nombre civil fue Melchor Cabello Luque. Tomó el hábito en Guadalupe en el año 1616 y llegó a ser maestro de capilla en dicho cenobio. Su música se conserva en los libros corales de polifonía y en copias manuscritas a papeles.
Manuel del Pilar, por su parte, es citado por el padre C. Gracia Villacampa como músico y poeta. Al igual que del anterior se conservan sus expedientes de limpieza de sangre por los que conocemos que su nombre de pila fue Manuel Piquer, que nació en Aliaga (Teruel) en 1716 y que murió en Guadalupe en el año 1794. Tomó el hábito hacia 1758 y llegó a ser maestro de capilla en la catedral de Zamora, antes de llegar a Guadalupe. El archivo conserva de él numerosas obras musicales con cuidados y delicados textos, todos en papeles manuscritos.
Las fuentes y ediciones
Todas las obras programadas, a excepción de Duo seraphim, se han tomado de fuentes originales. Aun así, de esta que citamos se ha realizado una edición nueva que conserva el archivo digital del Coro Amadeus y que utiliza como fuente secundaria la publicada por Bruno Turner en la editorial inglesa Mapa Mundi. En ella se cita como fuente primaria la edición que Guerrero publicó en Venecia en 1597.
Salve Regina de Tomás Luis de Victoria se ha transcrito de una edición que se conserva en la biblioteca del archivo musical de l´Orfeó Català. Se trata de la publicada también en Venecia en 1576. Según nuestras propias investigaciones en “La música de Victoria en Badajoz”, Revista de Musicología de la SEDEM, 2012, un ejemplar de esta edición debió formar parte de los fondos de catedrales extremeñas como la de Badajoz, como poco, hasta mediados del s. XVII.
El salmo Laudate Dominum in Sanctis Eius se ha transcrito de una publicación de Michäel Praetorius que vio la luz en 1607 (Nüremberg) dedicada al rey de Noruega y Dinamarca Christian IV.
El responsorio In manus tuas de fray Melchor de Montemayor se ha transcrito de una copia que aparece al final de un oficio de completas del padre fray Blas de San José, ya en el archivo de Guadalupe (fondo jerónimo). En la partitura, que nos llega con importantes errores de copia, figura la leyenda “del padre Montemayor”. El invitatorio de Navidad Christus natus est nobis del mismo autor, y los villancicos Un maestro de capilla y A Belén a ver al Niño, ambos de fray Manuel del Pilar, se transcriben igualmente de manuscritos existentes en el mismo fondo.
En definitiva el concierto que hoy ofrecemos en el marco del ciclo “Carmina Antiqva” de la Programación Lírica Extremeña emerge en el crisol musical extremeño con el lógico valor artístico que encierra cualquier programación de obras inéditas de nuestro realidad cultural más cercana, pero también como aporte documental –el primero cuyas investigaciones y transcripciones son realizadas también por la misma agrupación que lo interpreta– en forma de estudio y nuevas ediciones que ya engrosan el vasto archivo musical del Coro Amadeus de Puebla de la Calzada y del Instituto Extremeño de Canto y Dirección Coral.
Alonso Gómez Gallego
Ficha técnica:
Coro de Cámara Amadeus
*Sopranos: Mar Machado, Irene González, Macarena Rivas, Carmen Becerra y María J. Luengo
*Altos: Ángela García, Vicenta Mata, Amparo Galán y Rocío Guillén
*Tenores: Mario Osorio, Pedro Centeno y Paco Ruiz
*Bajos: Santiago Cordero, Eduardo Fernández, Manuel Gallardo, David Arroyo, José L. Murillo y Pedro Pérez
*Estudios, ediciones y transcripciones: Alonso Gómez
*Vn I: Maruxa Vázquez
*Vn II: Miguel Ángel Navarro
*Clv: José Luis Pérez
*Dir: Alonso Gómez Gallego
*Equipo técnico: Jesús Muela, Ángel Muela, Carmen Lourdes Fernández De Soto, Natalia Rubiano, David Arroyo, J. L. Giménez, Amparo Galán, Santiago Cordero, Carlos Ramos y Ángela García